Cero deforestación: rompiendo el vínculo entre la agricultura de productos básicos y la pérdida de bosques mediante el poder de las compras responsables Parte de los compromisos de Perú en el componente de mitigación de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC por sus siglas en inglés) propuso una reducción del 20% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), proyectada para el año 2030 en un escenario Business as Usual (BAU). Este compromiso implica impulsar un trabajo articulado de iniciativas públicas y privadas, siendo una oportunidad para la participación del sector privado en inversiones en los distintos sectores de la economía, asociadas a tecnologías y prácticas con menores niveles de emisiones de GEI.
La participación del sector privado en actividades relacionadas a las cadenas de suministro de aquellos commodities que son drivers de la deforestación permitiría contribuir a reducir la deforestación en la Amazonía, mediante la activación de mecanismos de mercado que impulsen las cadenas de suministro sostenibles, reducir los impactos sociales y ambientales. De igual modo, mejorar la gobernanza, la administración del uso de los suelos, la propiedad sobre la tierra, la ocupación migratoria de la amazonia, las iniciativas de financiamiento y créditos y, la transparencia en las cadenas de suministros.
Una participación planificada y responsable del sector privado en la reducción de la deforestación es clave, ya que no solo implicaría generar acciones conjuntas con el Estado para promover políticas que beneficie al sector agropecuario con un enfoque de desarrollo, a fin de incentivar un mayor bienestar y riqueza rural, sino que también permitirían incluir a pequeños productores que en muchos de los casos son excluidos y sin tener un acompañamiento técnico y financiero se convierten en los mayores deforestadores. Al respecto, es importante señalar que el 90 % de la deforestación ocurre a través de la apertura de menos de una hectárea, siendo los principales factores la agricultura y la ganadería[1].
En tanto, los mercados a nivel nacional e internacional tienen que promover las compras responsables, es decir, donde el comprador manifiesta y pone en práctica su preferencia por la adquisición de productos provenientes de cadenas de suministros libres de deforestación, legales, manejados sosteniblemente y preferentemente de aquellas que cuenten con certificados bajo un esquema creíble. En pocas palabras, es decir no a la ilegalidad, insostenibilidad e injusticia y alentar a una gestión territorial planificada, donde la producción y la conservación puedan articularse y desarrollarse mediante una mayor orientación para optimizar y tecnificar los sistemas productivos, a fin de hacerlos sostenibles y rentables.
Autor: Sociedad Peruana de Ecodesarrollo (SPDE),
Escrito por: Catty Samaniego Arcos
Especialista en gobernanza forestal y políticas