LA REVOLUCIÓN DE LA CERO DEFORESTACIÓN: Presentación de resultados e impactos 2016 – 2021

LA REVOLUCIÓN DE LA CERO DEFORESTACIÓN: Presentación de resultados e impactos 2016 – 2021

El área forestal mundial continúa disminuyendo, y el mundo ha perdido 178 millones de hectáreas de bosque desde 1990, asegura un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En Perú desde principios de siglo, la deforestación ha ido en aumento y solo en 2017, según datos oficiales, se talaron más de 150 000 hectáreas;
2 300 000 desde 2001.

Para abordar los principales impulsores de la deforestación en las áreas de mayor riesgo por la expansión de la agricultura de productos en América Latina y el Sureste Asiático, organizaciones de EEUU y América del Sur, auspiciados por el gobierno de Noruega, conformaron una coalición y desarrollaron el proyecto “La revolución de la cero deforestación”.

National Wildlife Federation (NWF); organización privada de educación y defensa de la conservación sin fines de lucro más grande de los Estados Unidos; Sociedad Peruana de Ecodesarrollo (SPDE), de Perú, Fundación proyección Eco-Social, de Colombia y Amigos de Terra, de Brasil, en colaboración con la Universidad de Wisconsin Madison, conformaron dicha coalición.

 

Luego de cinco años de ejecución, los representantes de las diversas organizaciones, compartieron mediante un encuentro virtual, los resultados e impactos obtenidos tras el desarrollo del proyecto.

Nathalie Walker, Ejecutiva de NWF, además de recordar el papel que tienen como organización de liderar la coordinación de diferentes grupos alrededor del mundo y apoyar la comunicación de estudios científicos en la recomendación de políticas sostenibles para empresas y gobiernos; señaló que el objetivo al trabajar con la Sociedad Peruana de Ecodesarrollo era, ayudar a tomar lecciones y experiencias de diversos países, apoyar la acción internacional y reforzar sus esfuerzos en el camino para lograr la cero deforestación.

Por su parte Hillary Fenrich, miembro de NWF, quien calificó al proyecto como un reto global, compartió algunos impactos que se obtuvieron durante el desarrollo del mismo.

La inclusión de la frase “cero deforestación” y la mejora en el estándar de certificación otorgada por la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO), tras una sugerencia por parte de la coalición; solicitar a la Comisión Europea la habilitación de talleres que informen y soporten el desarrollo de una legislación que asegure que el importar productos provenientes de la deforestación es ilegal; y el apoyo a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático mediante un enfoque que soporta las articulaciones de manera justa para los países y a su vez asegura la protección del bosque, con una agricultura sostenible que permita que los países puedan disminuir sus emisiones de carbono más allá de sus fronteras, son algunos de los logros obtenidos de manera global.

En una vista más local, la Sociedad Peruana de Ecodesarrollo (SPDE), compartió experiencias y productos resaltantes tras el desarrollo del proyecto en Perú. Osmar Yupanqui, especialista SIG, informó que, en el año 2018, SPDE generó su línea base de distribución espacial del cultivo de palma aceitera, en 4 regiones de interés: Ucayali, San Martín, Huánuco y Loreto, gracias a las imágenes satelitales de alta resolución otorgadas por la Junta Nacional de Palma Aceitera del Perú (JUNPALMA).

Posteriormente se creó el Visor de Palma Aceitera, mediante el uso de una plataforma de libre acceso que permite hacer cálculos avanzados en términos espaciales; toda la información histórica generada por SPDE ha sido ingresada a la herramienta, permitiendo al público en general acceder a data y estadísticas oficiales, interactuando con el cultivo de palma aceitera a una escala local. Una rápida lectura nos permite entrever que para diciembre de 2020 existían más de 95 000 has de este cultivo en total.

De igual manera se ideó la creación de un Mapa de Actores para impulsar la palma sostenible; recordando que el aceite de palma sostenible es todo aquel aceite que se produce de forma respetuosa con el medio ambiente y que, debido a su escaso impacto medioambiental y sus controles de calidad, recibe una identificación que lo califica como tal; Edwin Duran, Coordinador Regional de SPDE en la región Ucayali, mencionó los objetivos planteados, dentro de ese contexto, en el mapa de actores.

  • Identificar las instituciones u organizaciones vinculadas a la cadena de palma aceitera en las regiones de Loreto, San Martín, Ucayali, Huánuco y Lima.
  • Hacer una caracterización de las instituciones u organizaciones para el impulso de la palma sostenible en el Perú. 

Lo cual permitirá tomar decisiones más certeras, sobre que iniciativas se pueden desarrollar para lograr la meta planteada: impulsar la palma aceitera sostenible.

Dentro de este marco, SPDE ha iniciado los primeros diálogos para trabajar un Acuerdo Nacional de Palma Libre de Deforestación; acuerdo que ha sido impulsado con diferentes aliados y el cual es promovido por La Coalición por una Producción Sostenible.

Catty Samaniego, Directora de Políticas y de Conservación de SPDE, recordó que, desde el 2018 se vienen desarrollando actividades claves para la elaboración de dicho acuerdo, como lo fue la conformación de un grupo impulsor integrado por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MINAGRI), Solidaridad, SPDE, CIAT, Earth Innovation Institute y Mecanismos de Desarrollo Alterno; que permitió la presentación de una propuesta de documento base. 

De igual manera se llevó a cabo el primer evento de intercambio de experiencias con la participación de Guatemala, Honduras, Colombia y Perú. Y aunque durante el 2020 los procesos se ralentizaron, debido a la emergencia sanitaria mundial, los retos planteados continúan presentes; tener claridad en cuanto a cuál será la definición de “cero deforestación” y desarrollar el borrador del acuerdo para, si es posible, tener un cierre con la firma del mismo a final de este 2021.

Esta apuesta por una palma diferenciada tiene como elementos claves: apoyar a los productores para aumentar su productividad, brindarles información para la gestión del territorio apostando por la trazabilidad y monitoreo, y potenciar las nuevas oportunidades de mercado para la promoción de la palma sostenible.

Dentro de las actividades desarrolladas en el Perú, en el marco del proyecto “La revolución de la cero deforestación”, en el año 2015 Earthworm Foundation, organización sin fines de lucro impulsada por el deseo de impactar positivamente la relación entre las personas y la naturaleza, promoviendo que las cadenas agroalimentarias sean más justas, inclusivas y sostenibles, inició sus operaciones a través de un proyecto denominado “Paisaje longitudinal de la Amazonía peruana” implementado específicamente en las regiones de Huánuco, Loreto, San Martín y Ucayali; en estas dos últimas realizando acciones de manera conjunta con NWF y SPDE.

Para que las cadenas de suministros sean más justas y más sostenibles en estas regiones mencionadas y a nivel mundial; Earthworm Foundation promueve que las empresas, y por tanto los agricultores que proveen a estas empresas, diseñen e implementen políticas y compromisos de no deforestación, no desarrollo en turberas o humedales y no explotación.

La metodología que utilizan para la no deforestación es la del “No desarrollo en áreas altas de carbono o HCS” y “No desarrollo en áreas de alto valor de conservación o HCV”

Estas metodologías permiten guiar la planificación ambiental y social de proyectos productivos, identificar que zonas se pueden conservar o restaurar y donde pueden expandir las cadenas de suministros agroalimentarias de manera sostenible bajo un estándar global que permite medir la no deforestación en cualquier parte del mundo.

Natalia Lozano, miembro de Earthworm Foundation, resaltó que, utilizando dicha metodología, en el 2018, de la mano de NWF y SPDE, se realizó el primer estudio indicativo a nivel de América Latina, donde se analizaron más de 160 000 hectáreas que involucran la cadena de suministro de palma aceitera, en la región de San Martín, Perú.

Por su parte Miguel de La Cruz, Presidente de Sociedad Peruana de Ecodesarrollo (SPDE), enfocó su participación en impactos que, si bien no son tangibles, cuentan con la misma relevancia y generan un crecimiento notable en las organizaciones; mencionando el fortalecimiento organizacional que impulsó el proyecto en SPDE llegando a ser catalogados, por parte de las Naciones Unidas, como grupo impulsor de los procesos de commodities libres de deforestación.

De La Cruz, indicó que los resultados del proyecto “La revolución de la cero deforestación” han generado un impacto positivo y han brindado herramientas para la toma de decisiones, viendo en la palma aceitera una oportunidad, donde si bien hay muchos temas por resolver, como infraestructura, certificaciones, asociaciones, profesionalización de la cadena, entre otros; SPDE cree firmemente que la cadena de palma puede ser un gran ejemplo de una cadena sostenible en Perú, posicionándolo como un país que puede generar commodities sostenibles y equitativos.

Sobre este último punto, Jaime Mansilla, Especialista de la Dirección General Agraria del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI), señaló que dicho ministerio está promoviendo la constitución de un grupo de trabajo multisectorial que tome en relevancia los problemas orientados a la palma aceitera, de modo tal que en conjunto con un diálogo participativo, se rescate la mejor manera de potenciar la sostenibilidad, para poder orientar a que el Perú sea considerado en una instancia internacional como una palma diferenciada.

Según Jorge Lazo, Ingeniero Agrónomo y Miembro del Consejo Consultivo de SPDE, para iniciar una plantación que sea sostenible, rentable y diferenciada se deben aplicar tres pasos básicos: iniciar la plantación con plantas de la mayor calidad posible; manejar la nutrición vegetal de acuerdo a la fisiología de la planta y manejar un sistema de drenaje.

Lazo, quién presentó en el encuentro virtual, realizado el pasado 01 de junio, el libro “Palma Sostenible y Bioeconomía”; asegura que la sostenibilidad comienza con la correcta nutrición de las plantas para convertirlas en seres rentables.

Aunado a ello, a través de este documento, trabajado conjuntamente con SPDE y el cual forma parte de los productos obtenidos en el desarrollo del proyecto “La revolución de la cero deforestación” en el Perú, se nos permite comprender lo que sucede con el cultivo de palma aceitera en el país, abarcando el siguiente contenido: comportamiento del consumidor a través del tiempo; la problemática de agricultura en el mundo y en el Perú; la productividad de palma aceitera en el Perú y las alternativas de producción sostenible de palma aceitera.

En el marco de la sostenibilidad Javier Ortiz, Coordinador para Colombia y Perú por Tropical Forest Alliance (TFA), plataforma iniciada para apoyar la implementación de los compromisos del sector privado para eliminar la deforestación de las cadenas de suministro de aceite de palma, carne de res, soja y pulpa/papel, resaltó que el ser sostenible va en una dirección lineal con ser más rentable y más competitivo, sin necesidad de sacrificar rentabilidad ni productividad.

Ejemplo de esto es Oleaginosas Amazónica S.A. (OLAMSA), empresa agroindustrial dedicada a la extracción y comercialización de aceite crudo de palma y sus derivados en el Perú, enfocada en un sistema de economía circular que consiste en la reutilización de todos sus residuos. Actualmente OLAMSA utiliza los restos de fruta para la producción de abono orgánico, así como los residuos líquidos para la generación de energía eléctrica mediante la obtención de biogás.

Nilo Maguiña, Gerente general de Oleaginosas Amazónica S.A., informó, además, que el Fondo Nacional de Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación Tecnológica (FONDECYT), ha aprobado un proyecto de investigación científica conjuntamente con investigadores de La Universidad Nacional Agraria La Molina y OLAMSA para investigar nuevos productos resultantes de la economía circular y mejorar los ya existentes.

Maguiña aseguró que este proyecto permitirá demostrar que la palma es una alternativa de desarrollo para la Amazonía y que, sin necesidad de deforestar, se puede aumentar la productividad.

Por su parte Miguel Viancha, Director del proyecto por la Fundación proyección Eco-Social en Colombia, indicó que “La revolución de la cero deforestación” en dicho país, se enfocó en 3 sectores: palma aceitera, sector lácteo y sector cárnico.

Viancha compartió algunos de los logros adquiridos dentro del proceso del proyecto, entre los que destacan: la creación de una herramienta virtual, un editor cartográfico que permite generar análisis de los determinantes de riesgos ambientales y sociales mucho más precisos, así como alertas tempranas en todos los procesos con información oficial. El desarrollo del observatorio de ganadería natural regenerativa, mediante el cual se busca mostrar cómo la ganadería puede volverse un proceso de conservación.

Se creó, además, una plataforma de comunicaciones a través de la cual se generaron articulaciones con diferentes organizaciones a nivel nacional e internacional, para promover y apoyar diferentes espacios de comunicación.

Para finalizar el evento; presidido por Andrés De La Cruz, Director Ejecutivo de Sociedad Peruana de Ecodesarrollo; se contó con la participación de Max Gamarra, Miembro del Consejo Directivo del Comité Central de Palmicultores de Ucayali (COCETU), quien, entre otros puntos, mencionó la importancia de que los agricultores/productores palmeros cuenten con el apoyo e involucramiento de todos los entes rectores en lo que a cumplimiento de protocolos y requisitos se refiere, para la obtención de certificaciones que los avalan como sostenibles.

Gamarra, a su vez, reconoció la importancia de este tipo de encuentros que permiten la apertura al diálogo y la discusión de diversos tipos de propuestas, para el desarrollo de la palma de cara al futuro.

Tras el desarrollo del proyecto “La revolución de la cero deforestación” queda certeza de que la palma no es el principal impulsor de la deforestación en el Perú; sin embargo sigue presente la necesidad y el reto de tener una hoja de ruta clara para alcanzar el desarrollo sostenible en la cadena de palma.

 

 

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